Inteligencia colectiva para innovar
Juan López Sierras: "Lean Storytelling para emprendedores"
El Lean Storytelling es una metodología ágil diseñada para que los emprendedores puedan testear sus ideas frente al mercado en una semana para decidir si continuar con ella o descartarla.
View CommentsEn este artículo describo una metodología experimental para que los emprendedores puedan auto-evaluar de forma ágil sus ideas de negocio. La he desarrollado a partir de mi experiencia como emprendedor: ante la variedad de ideas que tenía en mente para desarrollar, necesitaba alguna forma rápida y con bajo coste de testearlas en el mercado. He conocido a varios emprendedores que han tenido el mismo problema, por lo que me he animado a concretar y compartir el método.
Persigue cuatro fines concretos:
- Explorar rápidamente el mercado potencial del proyecto.
- Saber si merece la pena seguir trabajando en él.
- Detectar por dónde conviene empezar.
- Mejorar la forma de contarlo.
He querido darle una vuelta de tuerca a la filosofía Lean uniéndola con el Storytelling para proponer un concepto inspirado en ella y que voy a llamar: “Mínima Historia Contable”. Podría decirse que este método formaliza el proceso con el coste más bajo por pérdida dentro de los primeros pasos del desarrollo de un proyecto, de tal modo que si el test es negativo porque sugiere que no hay mercado para la idea, puedas descartarla asumiendo el mínimo coste en tiempo y recursos. Con una adecuada dedicación puedes completar todo el proceso en una semana.
Definición
La “Mínima Historia Contable” (en adelante, MHC) es la herramienta ágil que nos va a servir para testar una idea de negocio en el mercado, aún antes de empezar a implementarla. Es la primera tarea “entregable” del proyecto: Debe ser lo más sencilla posible, y permitir que cualquier persona cualificada entienda la propuesta para poder emitir una opinión sobre ella.
Siempre hay una historia que se puede contar incluso antes de implementar nada, y el propio proceso de buscar esa síntesis inteligible, y de testarla, no sólo sirve para abaratar el proceso de validación/descarte, sino también para mejorar por iteración la propia historia.
No es un Elevator Pitch ni la investigación de mercado. El primero es una historia abreviada que se cuenta para vender el proyecto frente a un cliente, inversor o alguien que queremos que nos compre. La MHC sólo pretende testar la idea con un fin exploratorio y es probable que mejorándola creemos nuestro Elevator Pitch. La investigación de mercado se debe regir por parámetros de validez y fiabilidad que la MHC no contempla.
Fases del método
El momento para elaborarla por primera vez es justo tras concebir la idea, antes de cualquier implementación o de realizar una investigación de mercado formal. Para comenzar a depurarla hay que realizar una pequeña investigación en fuentes secundarias como Internet, libros, revistas. Aquí se produce la primera iteración, la búsqueda se centra en encontrar ejemplos que permitan establecer comparaciones y referencias de personas o empresas que hablen de lo mismo, o que hagan cosas parecidas.
La segunda fase sería establecer qué posibles clientes estarían interesados en recibir el servicio o producto que se está diseñando. Una lista sin entrar en demasiados detalles es suficiente, cabe recordar que simplemente se está explorando la idea de negocio.
Es imprescindible asegurarse que la historia propicia un espacio para la participación, incluye preguntas y deja interrogantes abiertos. Por decirlo más claro, no temas decir “este aspecto aún no lo tengo tan claro, tú ¿qué opinas?”.
La tercera etapa es la fundamental y a la que hay que dedicar más tiempo: Salir a la calle a testar la MHC ante posibles clientes. Tienes que plantarte delante de los clientes y contársela, observar su reacción, házles preguntas como estas: ¿qué te gusta más? ¿Qué no entiendes? El emprendedor debe ser más esponja que escudo. No es el momento todavía de defender ni vender nada, sino de aprender y valorar cualquier opinión.
De nuevo el objetivo es trabajar por entregables iterativos. Por ejemplo, cada dos o tres entrevistas, tomar una hora para repasar notas, y con ellas enriquecer la MHC a partir del nuevo feedback. Tras cada iteración, tienes que hacerte dos preguntas:
- ¿Es necesaria otra iteración más para saber si el mercado valora mi proyecto?
- ¿Ya sé qué es lo que más aprecian mis clientes sobre el proyecto?
Recuerda mantenerte ágil para descartar/confirmar la idea tan pronto tengas información suficiente. Como sugerencia: todo el proceso no debería llevarte más de una semana.
¿Cuál es el siguiente paso?
O el mercado confirma tu idea y tienes que empezar a evaluar tus capacidades para desarrollarla, o la rechaza y, habiendo perdido el mínimo tiempo y recursos podemos probar con una nueva idea o enfoque.
Antes de terminar quiero decir que ésta es una metodología que está en plena construcción, y que seguramente irá cambiando a medida que reciba más feedback. Por eso te invito a enviarme comentarios y sugerencias si te atreves a testarlo por tu cuenta. Déjalos aquí en la web o en @juanlopez27.
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