Se recoge el principio de subsidiariedad para la toma de decisiones (“un asunto debe ser resuelto por el actor más cercano al problema originado”) y a la transparencia interna para poder ser ágiles organizativamente hablando.

Recursos Humanos debe reinventarse, empezando por el propio nombre, porque las palabras tienen un gran poder y las personas en las organizaciones deben ser un fin en sí mismo, y no un medio ni un recurso.

Repaso de las principales herramientas o sistemas de gestión de personas que, en caso de malemplearse, pueden tener como consecuencia una limitación de la potencialidad de las personas en el desarrollo de sus funciones.

En las organizaciones de corte taylorista podía tener sentido hablar de obreros, de empleados y, en general, de recursos. Pero en las organizaciones cuyos resultados se generan a partir del trabajo del conocimiento la situación debería ser radicalmente distinta.

El apego al poder, estilos de liderazgo trasnochados, falta de valentía, sistemas de recursos humanos escleróticos, o el propio diseño de los espacios de trabajo obstaculizan la proliferación de nuevas formas organizativas.

El principal reto que debe superar la empresa tradicional para poder evolucionar con éxito hacia empresa 2.0 es escapar del paradigma del control.